Mientras las conducidas por Rafael Paternoster se destacan en distintos torneos
regionales, las autoridades locales hacen oídos sordos a este crecimiento deportivo
minimizando los reiterados pedidos para desarrollar esta disciplina con más comodidades e infraestructura adecuada.
Por Alesio Mizza
Caídas, lastimaduras, torceduras y hasta fracturas pintan el panorama actual de nuestro
patín en donde es imperioso una reubicación física para poder patinar sin tantos
contratiempos. Ni siquiera el éxito participativo en el reciente torneo nacional hizo ruido
para que la secretaria de deportes tome cartas en el asunto y se ponga a trabajar en la
búsqueda de un lugar adecuado para la actividad.
Es que la medalla plateada de la niña Valentina Vivone y el excelente rendimiento de las demás participantes , apoyadas por la experiencia y gran manejo de grupo de su profesor Rafael Paternoster, movieron el amperímetro municipal en busca de una reacción positiva a este conflicto.
“Desde noviembre del 2022 comenzamos con este problema, corridos del polideportivo
con prioridad a otras disciplinas y desplazados al ex shopping Alas, es donde por su
superficie es complicado no lesionarse” afirmó Candela Echevarría, una de las más grandes
de las chicas que patinan en el lugar y cuya vivencia reciente fue la fractura de una de sus
muñecas, postergando su sueño de participar en campeonatos en su categoría. Así mismo,
confirmó que “el gasto de traslado y recuperación fue por cuenta propia y que esta
situación provocó dejar de patinar en lo inmediato”. Lesiones que se siguieron su curso y
no paran ante semejante dejadez del Estado.
Ya entrado en el grupo de mamás de las niñas, algunas de ellas dijeron que “ el suelo
tenemos que limpiarlo nosotras por la cantidad de arena y que este problema generó que
una de las nenas que iba a competir próximamente se fracture el tobillo y desista del
mismo”.
Por estas horas, el grupo de mamás del equipo de patín artístico de Villa Gesell están
ejerciendo el derecho a protesta en inmediaciones al polideportivo para ser escuchadas y
que esta triste realidad cambie para bien, dándole a las jóvenes deportistas lo que se
merecen al realizar lo que aman y las hace felices: simplemente patinar.