Tres días después de la marcha realizada en la puerta del hospital Arturo Illia, la cual hacia el final fue sorprendida por la llegada de un hombre llevado en un auto particular ante la falta de respuesta de la ambulancia, Por la 3 pudo saber que el vecino fue diagnosticado con peritonitis y trasladado a Mar del Plata para realizarle la cirugía correspondiente debido a la rotura de un instrumental del quirófano. Un familiar del enfermo, que angustiado por la situación del no envío de la ambulancia, rompió un vidrio de una ventana de la guardia, por lo que fue aprehendido en ese mismo momento y llevado a la Comisaría Primera donde pasó la noche por el daño causado.
La marcha del último lunes en la puerta del hospital, convocada por las hermanas y la madre del bombero y chofer de ambulancia Javier Timoteo, quien murió en un sanatorio de La Plata donde fue trasladado de urgencia debido a una desmejoría muy grave en su salud posteriormente a la operación de abdomen que se le practicó en el hospital municipal geselino Arturo Illia; sigue dando tela para cortar.
Cuando la manifestación vecinal estaba por terminar, arribó a la guardia del hospital un auto particular donde un familiar de un hombre mayor llegó con el apuro y la tensión que corresponde a una situación de emergencia.
Los manifestantes se alteraron ante la situación evidente sobre la cual informó quien llevó al hombre al hospital por la falta de respuesta del sistema de emergencia, ya que la ambulancia fue pedida y la demora se extendió a más de una hora, lo que provocó que la familia no esperara más y los trasladara por sus propios medios.
Algunos de los asistentes a la marcha ayudaron al muchacho a bajar a su familiar en la guardia a quien ingresaron entre varios alzándolo.
Hoy, podemos informar que el paciente fue diagnosticado con peritonitis y que fue trasladado a Mar del Plata para que se le realice la cirugía correspondiente. Las versiones de por qué la ambulancia no asistió al domicilio a buscarlo no está clara, pero hay una fuerte versión que especifica que se debió a la falta de entendimiento de la operadora que tomó el llamado sobre el padecimiento del hombre.
Pero ese no es el único interrogante del caso, ya que el por qué del traslado para una cirugía como una peritonitis también presenta dudas, debido a que se trata de una operación que tranquilamente debiera poder efectuarse en el hospital municipal sin necesidad de poner en movimiento el engranaje de una derivación, con todo lo que eso significa, sin ir más lejos que un médico deba dejar la guardia del hospital para ir en la ambulancia del traslado, lo que se traduce en una atención médica reducida en el nosocomio.
Pero un fuerte rumor que se generó en el hospital, pone en relieve que un equipamiento del quirófano estaba roto y por eso se decidió no operarlo en Gesell y derivarlo a Mar del Plata, aunque también se dice que el instrumental averiado no sería de uso obligatorio o única opción para la cirugía. Se trata de un capnógrafo, que sirve para analizar la ventilación del paciente, midiendo el dióxido de carbono exhalado.
Este caso, como muchos que deben suceder de manera similar, con la salvedad de que no transcienden a la opinión pública porque no suceden en el marco de una manifestación de vecinos, deja entrever el desmanejo de muchas situaciones que van en detrimento de atenciones efectivas y responsables, como también la generación de situaciones que entorpecen y complican la rutina hospitalaria.
El capítulo policial de este suceso tuvo que ver con el vidrio de una ventanita de la guardia que rompió el familiar del paciente trasladado, ante la impotencia por la no llegada de la ambulancia ante la emergencia del vecino mayor.
El muchacho que depositó su angustia y bronca por lo sucedido, rompiendo un vidrio y lastimándose, fue aprehendido y llevado a la comisaría Primera de la ciudad, donde pasó una noche a la espera de la definición del fiscal Mercuri.