El suicidio es el evento mediante el cual una persona de manera deliberada se quita la vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el mundo se suicidan cerca de 700.000 personas por año, y que el mismo se encuentra entre las principales causas de muerte en todo el mundo, con más muertes por suicidio que por malaria, VIH/SIDA, cáncer de mama o guerras u homicidio. En nuestro país, durante el año 2020 que fue el último año del que se tienen registros, se registraron 3.71 hechos de los cuales el 30% de las víctimas tenían entre 15 y 29 años. Es importante estar informado para poder detectar algunos síntomas y a partir de allí contactar con los profesionales idóneos.
Generalmente cuando la sociedad habla de suicidio lo hace a partir de algún hecho conmocionante cercano, la difusión mediática de un fallecimiento, la triste decisión por parte de un familiar, amigo o conocido nos conmueve nos golpea, pero dista mucho de ser un tema que estemos dispuestos a tratar. Si bien el suicidio se lo puede considerar como un problema de la salud pública queda un largo camino para poder aplicar todas las herramientas de prevensión que amerita el tema
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el suicidio es definido como “el acto de quitarse la vida” e implica un fenómeno complejo, multicausal, en el que interactúan diversos factores -biológicos,
psicológicos, sociales, culturales y medioambientales-.
Tomando la definición de la OMS y entendiendo que los factores para la toma de decisión pueden ser multicausales, es ahi donde se refuerza el concepto del trabajo transdiciplinario para su prevención .
En nuestro país, durante el período 2010-2019 se produjeron 31.847 muertes por suicidios, según la información de la Dirección de Estadísticas e Información en Salud del Ministerio de Salud de la Nación (DEIS). La tasa de mortalidad por suicidio para el año 2019 fue de 7,3 por cada 100.000 habitantes, similar a los años anteriores (para 2018 fue 7.5 por cada 100.000 habitantes, para 2017 fue de 7.2 por cada 100.000 habitantes y para 2016 fue de 7.1 por cada 100.000 habitantes). Fuente: Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones.

En 2015 se sancionó, por unanimidad en ambas Cámaras, la Ley Nacional de Prevención del Suicidio Nº 27.130. El objetivo de la norma es “la disminución de la incidencia y prevalencia del suicidio, a través de la prevención, asistencia y posvención”. La Ley declara “de interés nacional en todo el territorio de la
República Argentina la atención biopsicosocial, la investigación científica y epidemiológica,la capacitación profesional en la detección y atención de las personas en riesgo de suicidio y la asistencia a las familias de víctimas del suicidio”.
Como parte de la estrategia de prevención desde la Dirección Nacional de Salud Mental, el Programa de
Abordaje Integral del suicidio y la Dirección de Epidemiología se puso en marcha la implentación de la vigilancia epidemiológica de los intentos de suicidio a través del sistema Nacional de vigilancia de la salud
Cuando se habla de abordaje transdiciplianario, la sociedad no esta exenta de poder ser uno de los actores de prevención del suicidio, por esto es importante estar informado para poder detectar algunos síntomas y a partir de allí contactar con los profesionales idóneos.
Es importante saber
- La persona que se suicida no desea morir. La persona que tiene ideas suicidas está transitando una situación de ambivalencia en su vida, es decir, desearía morir si su vida continúa de la misma
manera. - Se cree que el que dice o amenaza con quitarse la vida, no lo hace.Sin embargo, la mayoría de las personas que se suicidan, hicieron saber el propósito de acabar con su vida. Toda persona antes de
cometer un intento de suicidio evidencia una serie de señales que de ser detectada a tiempo puede ayudar a evitarlo. - El suicidio o intento de suicidio puede ocurrir durante un proceso depresivo o no. Los comportamientos suicidas se han asociado con depresión, abuso de sustancias, esquizofrenia y otros padecimientos mentales, además de comportamientos destructivos y agresivos. Sin embargo, esta asociación no se debe sobrestimar.No hay una relación directa entre el sufrimiento que padece quien desea terminar con su vida y los padecimientos o enfermedades mentales.
- Hablar con una persona sobre sus intenciones de matarse no incrementa la posibilidad de cometer suicidio. Dialogar sobre el tema reduce la posibilidad de cometerlo y puede ser una oportunidad
para ayudar a quien está padeciendo
Cómo prevenirlo
- Reconociendo los signos de alerta: aislamiento; persistencia de ideas negativas; dificultad para comer, dormir y trabajar; desesperanza; llanto inconsolable; repentino cambio de conducta.
- Mostrando interés y apoyo.
- Respetando las diferentes expresiones de sentimientos.
- Eliminando prejuicios. El suicidio no es ni bueno ni malo, tampoco
un hecho delictivo, es una situación de sufrimiento.
Desde casa, desde la escuela, desde cada espacio, motivando a las personas: - Para que hablen sobre cómo se sienten.
- Para que tengan amistades saludables.
- Para que tomen decisiones de manera autónoma.
- Para que aprendan a manejar situaciones de estrés y dificultad.
- Para que aprendan a perseverar cuando la ocasión lo requiera y a renunciar cuando sea necesario.
- Para que tengan buena autoestima.
- Para que desarrollen habilidades e inteligencia emocional para resolver problemas.
El desarrollo de habilidades sociales previene el suicidio.
Debemos tener en cuenta que: - Estar atentos es la forma de acompañar. El diálogo no es un interrogatorio, sino compartir un momento.
- Si la persona no accede a realizar un tratamiento no hay que obligarla. Seguir acompañando y dialogando, mientras uno mismo realiza una consulta con un profesional