Abrigo roto: desidia municipal a la hora de proteger a menores de edad judicializados

Javier Russo, precandidato a intendente por el espacio de Javier Milei, realizó una publicación en sus redes evidenciando una cantidad de falencias e irregularidades que suceden en La Casa de Abrigo dependiente de la Secretaría de Desarrollo de la Comunidad de Villa Gesell, que está ubicada dentro del Centro Comunitario Sur en Paseo 146 y Avenida Circunvalación. En ella habitan niños, niñas y adolescentes que están comprendidos en procesos de judicialización y son adolescentes de 15, 16 y 17 años, un bebe de 1 año, niños y niñas de 3 a 11 años. Espacios comunes, chicos y precarios, faltos de camas para la totalidad de sus integrantes, falta de recursos humanos y personal no idóneo para las tareas, escasez de alimentos y una atención médica distante y dudosa, son algunas de las cuestiones que remarca el detalle publicado, sin embargo también se percibe una desprolijidad preocupante con lo que es la gestión de los abrigos por fuera de la casa, cuando los menores son derivados temporariamente a viviendas familiares para que sean protegidos y cuidados mientras la justicia resuelve sus casos.

Informe difundido por Javier Russo, precandidato a intendente por La Libertad Avanza

“La Casa de Abrigo” así llamada por la Secretaría de Desarrollo de la
Comunidad, se encuentra ocupando un espacio en la parte de atrás del
centro comunitario sur, el cual le cede el espacio.
Esta casa de abrigo funciona como lugar de tránsito; allí llegan a vivir y
conviven niños, bebés y adolescentes, todos juntos en un espacio de 4 x 7
metros (es un rectángulo) que se divide en dos habitaciones pequeñas (nenes
y nenas por separado). Además, hay un espacio común donde se encuentra
una mesa grande deteriorada, a simple vista es una mesa que tiene partes
rotas, las patas de la mesa están flojas y se mueve si uno se apoya.
Cada habitación, tiene una ventana de vidrio y rejas.
Los niños y niñas cuentan con un solo baño donde la puerta está rota, fuera
de lugar, la tapa de inodoro roto y cada vez que uno de los niños o
adolescentes quieren entrar al baño para hacer sus necesidades o bañarse,
piden a una de las “cuidadoras” que le cuiden la puerta para que no entre
otro.
Hay un pequeño pasillo, donde hay otra puerta de salida, pero está con llave
para que a ese lugar no ingresen. Allí se encuentra la heladera funcionando,
donde guardan algunos alimentos, como quesos, yogur que no siempre
tienen. Pegado a esa heladera hay algunos juguetes, libros de cuento, donde
juegan los más chiquitos.
No posee cocina propia, y solo pueden acceder a la cocina del C.C. a partir
de la 7 de la tarde, que es cuando se va el personal de ese lugar, ya que estos
no le permiten usar el lugar.
Allí también está el lavarropas que es del hogar pero que también lo usan
después de la 7 de la tarde. Actualmente el lavarropas, dejó de funcionar; se
rompió.
En la cocina del C.C. hay un freezer que es del hogar, allí guardan carne
picada, papas, zanahorias, cebollas y congelados.
No siempre tienen la comida, ya que comen lo que sobra del C.C. sur, porque
allí hacen viandas para la comunidad del barrio.
En el espacio común, hay un plasma que no funciona hace un año, no tienen
otra tele, no tienen computadoras.
La ropa que usan es de donaciones, no poseen elementos de higiene y lo que
tienen de vez en cuando, son donaciones de personas que se acercan a donar
y de la voluntad de las cuidadoras.
No cuentan con espacios personales de guardado. No poseen placares en
condiciones, se observan cajoneras rotas, cajas de cartón y bolsas de residuos
en el piso, donde guardan sus ropas.
No hay sala de juegos. En el patio se observa un patio integral para niños que
pertenece al Centro Comunitario (es un escalador, toboganes de hierro
oxidado y algunas partes rotas a una altura de 2 mts. aproximadamente),
juegos peligrosos para niños de entre 2 y 8 años lo cual se los ve jugar a
menudo en ese juego siempre a cuidado de una de las chicas.
También, se observa un sillón de dos cuerpos en el pasillo con el tapizado
roto, allí suele dormir uno de los varones.
Las sillas que usan, son plásticas y la mayoría están rotas. Las alacenas que
usan para guardar el pan, galletitas, azúcar tienen rotas las puertas. También
tienen otra mesa pegada a la pared, que se utiliza para cambiador del bebé.
El lugar funciona con 3 turnos de 8 a 16 hs, de 16 a 00 hs. y de 00 a 8 horas.
En esos 3 turnos, hay tres cuidadoras, estas son voluntarias que no cuentan
con preparación para cuidar a estos niños, que son sacados de su seno
familiar aparentemente por orden del Juzgado de Paz. Ellas, hacen lo que
pueden y según como se dé la situación; están en calidad de
monotributistas. Prestan servicio a la Municipalidad de Villa Gesell y la
mayoría se va porque no soportan la situación, se encuentran desbordadas y
se van. La mayoría aceptan el trabajo por necesidad económica. No les piden
nada para cuidar a estos niños y adolescentes, ni antecedentes ni ningún tipo
de preparación; ya que son niñas y niños judicializados.
Actualmente la Casa de Abrigo, está habitada por 13 personas, adolescentes
de 15, 16 y 17 años, un bebe de 1 año, niños y niñas de 3 a 11 años.
Dos de los varones de 11 y 8 años, son hermanos con una nena de 8 años.
Esos hermanos están medicados psiquiátricamente, (aparentemente por un
médico psiquiatra de Mar del Plata, este médico no viene a Gesell, según la
cuidadora ellos son llevados a Mar del Plata y son las cuidadoras las que les
suministran los medicamentos, ya que son muy hiperactivos (estos
medicamentos son Aripripazol y Risperidona). Uno de estos niños se
consiguió que pueda ir a futbol una vez por semana y el otro hermano no
realiza ningún tipo de actividad, ellos van solamente a la escuela, no tiene
otra actividad.
Las adolescentes, van al secundario solas con la condición que tienen que
volver. No hacen terapia psicológica, la mayoría de las adolescentes fuman.
Hay una adolescente viviendo con su hija de 3 años, ella padece una
enfermedad del corazón, debe tener cuidado especiales y no los tiene. Las
dos duermen en el piso por falta de camas.
El bebé que ingresó junto a sus dos hermanitos, (un varón de 10 años y la
nena de 6 años) duerme en su cuna pegado a una ventana con los vidrios
rotos, tiene pegado un cartón con cinta, pero igual entra el viento y hace frío.
A lado de la cuna hay una puerta, donde entran y salen todos los del hogar.
Este bebé, no tiene pañales y casi no tiene ropa, lo poco que tiene son
donaciones de las cuidadoras y otras personas anónimas. Sus hermanos
guardan su ropa y cosas personales en una caja de cartón.