Maleducados: los funcionarios de Educación Municipal niegan información que piden los vecinos

Es lamentable pero es más de lo mismo en el gobierno de Gustavo Barrera. La falta de respeto con el periodismo no pautado, con el periodismo crítico. La impunidad del poder termina, no solamente cercenando el acceso a la información reiteradamente denunciado por este medio, sino también ninguneando a los lectores de un medio en particular y a los vecinos en general que se informan con la prensa local. Manuel Artieda y Maribel Tatta, instrúyanse, lean y den el ejemplo como funcionarios de Educación que son. No nos nieguen el acceso a la información y limiten nuestro trabajo.

Por Jorgelina Mena

Pedimos una entrevista con el Secretario de Cultura, Educación y Deportes Manuel Artieda, quien nos derivó a la directora de Educación Maribel Tatta, funcionaria que nos contestó escuetamente que nos facilitaba los contactos del municipio para que se los pasemos a la gente.

A ambos les decimos que no les da el cuero para ocupar el lugar que ocupan, que no deberían priorizar a la hora de cumplir con parte de sus responsabilidades, sus «sentimientos e ideales políticos» y la incomodidad que un medio independiente les genera.

Parte del rol de funcionarios públicos que son, porque eso son por si les cabe alguna duda, es informar correctamente, en este caso sobre la oferta educativa terciaria, motivo por el cual solicitamos una nota periodística ya que al publicar en nuestro medio una gacetilla municipal sobre la temática, fue muy alto el nivel de reacciones en la redes sociales de Por la 3 y también tuvimos una gran cantidad de comentarios y mensajes de whatsapp consultando sobre las carreras porque la gacetilla estaba incompleta y generó más preguntas que certezas.

Somos un medio sin pauta publicitaria municipal, nunca la tuvimos, sin embargo todas las informaciones que son de interés vecinal las cubrimos y publicamos para colaborar con un mayor alcance en la difusión para la comunidad.

Con el caso de la gacetilla sobre la cantidad de carreras terciarias existentes en Villa Gesell, por supuesto lo hicimos, pero al ver que faltaba mucha información en el escrito proveniente de prensa municipal, optamos por comunicarnos con el Secretario de Cultura, Educación y Deportes, Manuel Artieda para solicitar una entrevista y poder así despejar las dudas sobre esas posibilidades de formación y contribuir a las consultas que muchos seguidores y lectores estaban haciendo no solamente mediante comentarios en la nota que publicamos, sino también por mensajes de whatsapp que nos siguen llegando dos días después.

La respuesta de Artieda fue enviarnos el contacto de la directora de Educación Maribel Tatta, no incluyendo ni siquiera un Buen día ni un Hola. De un funcionario responsable de la Educación geselina por lo menos esperábamos unos vocablos, pero eso termina siendo un dato menor.

Cuando nos comunicamos con Tatta, la sorpresa fue enorme e indignante, la señora nos respondió textualmente: «Te facilito los contactos para brindarle a las personas que consultan. Contacto del Centro Universitario y el mail direducacion@gesell.gob.ar».

Nos preguntamos: Acaso la señora Tatta ignora la tarea del periodismo? Puede un funcionario público pisotear y desestimar el rol de la prensa de esta manera? Literalmente, la señora nos mandó a pasarles los contactos del área que dirige a los lectores como si fuésemos administrativos municipales o una mesa de ayuda de la municipalidad.

Paradójico es que Artieda no nos salude en el intercambio de mensajes donde le explicamos el gran interés de los lectores sobre el tema, pero nos reenvíe dos publicaciones de la página de Facebook de la secretaría.

Cuanta falta de respeto y cuánta desubicación!!! Soportamos que no nos inviten a conferencias de prensa, nos armamos de paciencia para «perseguir» a funcionarios municipales para obtener notas, nos resignamos a que algunos funcionarios nos «claven el visto» y nunca nos contesten nada. Ahora tenemos que tragar saliva y escribir este editorial para no contestar a semejante agresión como correspondería.

Nosotros tenemos clara nuestra función, sabemos qué nos corresponde hacer como periodistas y sobre todo sabemos que no vamos a dejar pasar estos ataques a la prensa.

Por el destrato que padecemos hace años por parte de la administración Barrera y conociendo la facilidad que se tiene para «vender» acciones que nunca terminan siendo lo que parecen, a esta altura y ante este escenario también nos permitimos pensar en que la negativa a brindar una entrevista podría también pasar por blanquear que no todo lo que se ofrece como oferta educativa es lo que parece. Quizás, si raspamos un poco, como sucede en otras áreas, encontramos menos de lo que que hay.

De todas formas, somos generosos y resistentes a estos embates de funcionarios públicos cortos de entendederas que creen que sus funciones serán infinitas, y los queremos motivar a salir del aislamiento y la ignorancia.

Artieda y Tatta, instrúyanse, lean y den el ejemplo como funcionarios de Educación que son.

Para que se pongan un poco en órbita, les dejamos un extracto de un texto (no es tan largo, léanlo) del Ministerio Público Fiscal titulado «Colección de dictámenes sobre derechos humanos, Libertad de expresión y acceso a la información pública»

«Como se ha reiterado en diversos pronunciamientos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante, Corte IDH), el derecho a la libertad de expresión tiene dos dimensiones: una

individual y una colectiva. En este sentido, “[el artículo 13 señala que la libertad de pensamiento y expresión ‘comprende

la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole […]’. Esos términos establecen literalmente que quienes están bajo la protección de la Convención Americana tienen no

sólo el derecho y la libertad de expresar su propio pensamiento, sino también el derecho y la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole. Por tanto, cuando se restringe ilegalmente la libertad de expresión de un individuo, no sólo es el derecho de ese individuo el que está siendo violado, sino también el derecho de todos a ‘recibir’ informaciones e ideas, de donde resulta que el derecho protegido por el artículo 13 tiene un alcance y un carácter especiales. Se ponen así de manifiesto las dos dimensiones de la libertad de expresión. Esta requiere, por un lado,

que nadie sea arbitrariamente menoscabado o impedido de manifestar su propio pensamiento y representa, por tanto, un derecho de cada individuo; pero implica también, por otro lado, un derecho colectivo a recibir cualquier información y a conocer la expresión del pensamiento ajeno” (Corte IDH, La Colegiación Obligatoria de Periodistas (arts. 13 y 29 Convención Americana sobre Derechos Humanos), Opinión Consultiva OC-5/85 del 13 de noviembre de 1985, Serie A Nº 5, párr. 30)». Y más: «… la dimensión social del derecho a la libertad de expresión comprende la función

de los medios de comunicación como socializadores, educadores informales y formadores de cultura, según lo ha enfatizado la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos».

La no información por parte de las instituciones dirigidas y ejecutadas por los llamados servidores públicos hablan a las claras de los excesos, excesos de impunidad excesos de autoritarismos, violación de los sistemas democráticos. Parados en los discursos progresitas abstractos, sí abstractos porque al momento de dar respuestas al menos en lo atinente a información, podemos ver que los discursos se esconden bajo viejos esquemas autoritarios.

La no información es un ejercicio autoritario del poder, el manejo discrecional de la información por parte de un servidor publico obedece a estructuras que Argentina ya debería haber dejado atrás en un capitulo triste de nuestra historia. Señores la cosa es muy simple, la información es un derecho, un derecho como lo es la salud, la educación…

A los lectores de Por la 3, les pedimos disculpas por no poder haber logrado una nota con toda la explicación necesaria sobre la oferta educativa, que una gacetilla hambrienta lanzada por «la máquina de hacer chorizos» de la oficina de prensa municipal, abre una puerta a las expectativas de muchos geselinos y geselinas de informarse pero que deberán pedir las respuestas correspondientes en el centro universitario y deseamos que la consigan y en demasía.