Gesell sin techo: la problemática de los alquileres permanentes e informales
No hay Ley de Alquileres que regule lo que sucede en Villa Gesell y distritos costeros que viven principalmente del turismo como principal motor de la economía. Muchas familias peregrinan incansablemente para encontrar una vivienda que escape del protocolo de alquiler de temporada baja de abril a noviembre. Con el crecimiento de la población el dilema se agrava y no hay una política de estado que intervenga para colaborar en la generación de alquileres todo el año, para quienes muchas veces son los trabajadores que ocupan los puestos claves para el movimiento estival. La historia de Martín pone en el tapete la urgencia de un trabajo en conjunto entre privados y estado, para responder a una necesidad cada vez más evidente pero no por eso escuchada. Además, el análisis del martillero Jorge Soria de Soria Roncoroni Propiedades.
Por Mariana Ayala
Vivir en permanente mudanza, scrollear sin parar las redes, correr la voz entre conocidos a ver si algún milagro hace aparecer un alquiler. Mientras, padecer la amenaza de quedar en la calle a la vez que repasar mentalmente las opciones para ver a qué familiares y amigos poder pedir ayuda frente a un ultimátum, hacer cálculos imposibles sobre la suma que se llevan los depósitos más pagar por una garantía, mientras el sueldo se desinfla y vuela. Estas son algunas las situaciones por las que deben pasar los inquilinos en cualquier rincón de la provincia de Buenos Aires. Mientras que en Villa Gesell y localidades del Sur se agrava aún más la situación porque la mayoría de los alquileres están destinados al alquiler por temporada. Recorridas estériles por las inmobiliarias, respuestas como ¨te alquilo hasta noviembre luego necesito la casa¨, donde por supuesto en noviembre el inquilino se enfrentará a una carrera de búsqueda mucho más angustiante y aún mucho mas estéril
El martes 4 de abril el Ministro de Economía Sergio Massa dejó trascender a los medios que habría acuerdo entre el presidente y él para suspender por decreto la Ley de Alquileres. Inmediatamente, los medios se hicieron eco del off the record y comunicaron que la suspensión era un hecho. Las consecuencias fueron instantáneas. El mercado inmobiliario frenó la firma de contratos y con ello la oferta de propiedades disminuyo drásticamente.
El acceso a la vivienda en alquiler forma parte de la discusión pública. No es casual: en Argentina hay cada vez más inquilinos y menos propietarios con más propiedades.
Por otro lado, la crisis inflacionaria que se vive actualmente dolarizó el monto de los alquileres al punto que las formas de su regulación instalan una batalla campal con las formas de especulación financiera.
A pesar de que en la canasta que mide la pobreza no se incluye el alquiler, si un salario mínimo está alrededor de los $80.000, un alquiler promedio está casi al mismo valor. Esto muestra la importancia de este tema a la hora de comprender las razones de la suba de la pobreza.
La vivienda se vuelve un espacio de disputa donde se anudan cuestiones que no son sólo “privadas”, sino ejes centrales del panorama económico local y global. Los alquileres tal y como lo demuestran los datos que surgen del informe elaborado el Centro de Estudios legales y Sociales en colaboración con el Conicet y al Universidad de San Martin, son un espacio de producción para nuevas deudas: endeudarse para pagar el alquiler ya no es algo fuera de lo común, según datos del relevamiento el 63% de los inquilinos a la hora de afrontar un nuevo alquiler toma deuda con familiares, con el sistema financiero o prestamistas privados.
Cuando el mercado inmobiliario concentra poder, significa que gobierna. Gobierna porque tiene capacidad de decidir.
Al votar el Congreso Nacional el presupuesto 2023, una vez más se llevó adelante un “blanqueo” organizado para los sectores que fugaron millones de dólares al exterior y que ahora pueden traerlos si compran viviendas. El combo es perfecto: beneficios fiscales y concentración de la propiedad garantizando evasión fiscal previa.
Tenemos una historia política al respecto. La huelga inquilina de 1907 es un antecedente clave de organización popular. Argentina desde 1921 hasta 1976 reguló el precio de los alquileres y el plazo de los contratos. Desde 1945 a 1974 se llevaron adelante diferentes medidas: decretos de congelamiento de precios, función social de la vivienda como derecho constitucional, prohibición de viviendas vacías por más de un mes, decretos para que el precio del alquiler no exceda el 25% del salario del peón rural, creación de la cámara de alquileres con poder de policía, etc.
En la última dictadura militar se desreguló el precio del alquiler. Para el año 1980 todas las viviendas en nuestro país cotizaban en dólares. La vivienda ya no será un derecho, sino un sueño: el “sueño de la casa propia”, en algunos sectores la vivienda ha pasado a tener una centralidad en la angustia.
LA BÚSQUEDA INCANSABLE DE MARTÍN
Vinimos hace 4 años más o menos, 1 año antes de la pandemia mi mujer tiene una una tía viviendo acá y vinimos a conocer la casa. Ella vive en colonia Marina. Quedamos encantados con el lugar, a todo el mundo le gusta Villa Gesell.
Viste, cuando uno va de vacaciones a un lugar, se enamora y dice: ¿me voy a ir a vivir? Bueno, nos pasó eso y decidimos venirnos. Paramos en la casa de ella en donde estuvimos un mes.
Y viviendo ahí, un poco en una carpa en el patio hasta empezar a conocer la gente y tratar de conseguir trabajo y después fuimos a lo de una vecina a cuidar un complejo de cabañas cabañas.
Ahí nos dimos cuenta lo duro que era el tema de los alquileres. Porque acá lo que se acostumbra es que la gente que tiene casas, es alquilarlas en temporada.
Pero nosotros vivimos los 365 días del año, por eso como muchos otros tenemos esta problemática, porque ¿qué hacemos en verano?
Fuera de temporada alta quedan un montón de casas cerradas, en invierno y sin habitar. Yo entiendo que cada uno es dueño de hacer lo que quiere, pero bueno, las habitan solo en verano.
Entonces cuando una persona, una familia, pretende instalarse en la ciudad de Villa Gesell, Colonia Marina, Mar de las Pampas o Mar Azul, se encuentra con esta realidad.
Nos encontramos con que llega el principio de temporada y te empiezan a apretar diciendo, bueno no sé si te quedas, o estando de alquiler y te cobran un alquiler de turistas que se va al doble o más de lo que uno estaba venía pagando.
Uno estuvo pagando todo, todo el año, todo el invierno y se encuentra con eso o te dicen directamente así en la cara y sin vergüenza: “Bueno, andate porque la voy a alquilar para turistas”.
Y ahí empieza la angustia y la búsqueda. Porque conseguir algo justamente en ese momento del año, donde todos hacen esa jugada es imposible, es imposible. Los precios se van por las nubes. Y no, no contemplan que uno estuvo todo un año en la casa pagando, avisándole che mira tengo un problemita ya te lo arreglamos, esto y lo otro y… ¿No les importa, entendés? Ellos quieren la casa para la temporada de verano y vos andate a dormir abajo de un pino.
En temporada, bueno, es imposible porque los precios son de turista y una familia no puede pagar un precio de turista. Puede venir a veranear una semana 15 días y ahí sí, bueno, ahorras todo un año para gastar lo que te piden.
En la inmobiliaria te dicen bueno venite en temporada baja, vos vas en temporada baja y tampoco hay casas porque los propietarios no la alquilan, no les interesa.
Villa Gesell como Mar de las Pampas, Mar Azul, Las Gaviotas y Colonia Marina, más allá de que haya un cambio en la ley, que haya una derogación, funciona diferente.
Es como el lejano oeste, digamos. Te duele porque vos ves casas que están prácticamente abandonadas, venidas abajo. Y viste y uno está desesperado tratando de conseguir un techo y averigua de quienes son esas casas y te dicen: “Esta es de uno que debe un montón de impuestos”. Y también entonces está el municipio que no hace nada, la verdad te da bronca por así decirlo, entender que haya casas abandonadas y que uno no pueda, no puede conseguir un techo.
No tengo el techo y no hay cosa más angustiante que no tener la seguridad del techo.
Lo que nos pasó últimamente, es que nos avisaron con un mes, un mes de anticipación que nos teníamos que ir. La quiero arreglar la casa porque la voy a alquilar en diciembre. Nos dijeron.
“Quiero que se vayan ahora en abril porque la voy a arreglar y en diciembre voy a alquilarla, pero bueno, va a salir el doble de lo que están pagando ahora, o sea, como si el tipo la persona manejaría la inflación del país, ya pronosticando que va a salir el doble. Y bueno, si quieren venir vengan, pero ya saben que va a salir el doble”, nos dijeron.
Nos encontramos desesperados en un mes tratando de conseguir un techo. Tuvimos una suerte de película, la verdad que caímos parados dijimos, no pensábamos que, pero bueno fue cuestión de suerte. Y estamos hablando de suerte como si fuera una lotería. Y quién se saca la lotería? Se la sacan pocos
Hicimos un aumento previo a la temporada, el contrato se vencía en abril, previo a esto veníamos con aumentos consecutivos cada dos meses, sabemos que hay inflación pero los aumentos cada dos meses pero nunca sabíamos que aumento nos iban a aplicar
Desde que pisamos Villa Gesell, acá la palabra es temporada y en invierno quedan casas cerradas. Lo que no se comprende es como piensan las autoridades, nosotros como muchos cuando llegamos nos pusimos a trabajar de lo que había, a todos les importa la temporada, al municipio también le importa la temporada o sea todo lo mueve la temporada para después vivir durante todo el año, pero los que trabajamos para que funcione la temporada no tenemos techo, no estamos protegidos.
El problema no está puesto en la agenda del municipio, los que ponemos el esfuerzo para que funcione la temporada no estamos protegidos, somos nómades que tenemos que ir de acá para allá a la buena de Dios tratando de conseguir un techo todos los años con la incertidumbre que llega octubre o noviembre y te pueden aumentar el alquiler al doble o al triple, cuando uno pago el alquiler todo el año.