Villa Gesell necesita que más mujeres hablen, pierdan el miedo y se empoderen realmente

Por Jorgelina Mena – Directora Por la 3

Hoy es el Día Internacional de la Mujer y si hay algo que en estos cinco años de ejercer el periodismo en este distrito pude corroborar con tristeza es cuántas voces calladas y temerosas hay en las mujeres. «No puedo hablar públicamente», «no quiero quedar expuesta», «si es anónimo si, sino prefiero que no», «tengo miedo de que…». Si bien las mujeres hemos logrado muchos avances en materia de género, falta mucho camino por recorrer y en lugares chicos, en pueblos o ciudades donde los prejuicios, el qué dirán y las etiquetas sobreabundan, a muchas mujeres les cuesta mucho más empoderarse y soltar amarras para enfrentar al modelo machista y hostigador que abunda por estos pagos.

Como digo esto también tengo que rescatar que también están esas mujeres, entre las cuales me incluyo, que van reafirmando su seguridad y validando sus derechos acorde a los tiempos que corren, aún sabiendo el «castigo» que de alguna manera van a sufrir y les hacen sentir en algún momento y en algún lugar, dentro o fuera de casa. Ellas son las que marcan caminos y contagian la maravillosa capacidad de vivir en libertad que todas pueden alcanzar, pero sobre todo las que aprendieron que ser mujer desde la igualdad las hace autoras de los cambios y las satisfacciones más valiosas que cualquier persona debiera experimentar como ser humano en una vida única. Este 8M, como todos los que vendrán, nos llaman a la reflexión a todos más allá de los sexos y las identidades.

Considero que también es urgente la interpelación entre nosotras sobre lo dañino que es que mujeres que ocupan roles centrales en los gobiernos y las instituciones, con toda la importancia que eso tiene, sigan elaborando discursos feministas y utilizando conceptos modernos, pero a la hora de intervenir para acompañar y resolver los pesares de las otras, se sigan comportando como los mismos machos a los que escrachan y repelen. Por miedo? por intereses personales? por color político? por debilidad? quien sabe… pero si hay algo que no podemos permitirnos las mujeres que verdaderamente entendemos lo trascendental de esta época que nos toca vivir y todo el sufrimiento y la desesperanza que vivieron nuestras abuelas, nuestras madres y hasta alguna de nosotras, para que hoy tengamos la oportunidad de vivir enteras y no coartadas, limitadas y asesinadas, es que es criminal que seamos las mismas mujeres las que trunquemos el futuro y el desarrollo de nuestras hijas, nietas y las generaciones por venir.

Este día, más que ninguno, levanto la bandera de la valentía, del amor y de la dignidad. Celebro a las mujeres que pudieron, pueden e intentan todos los días construir la vida que merecemos. A las que no se atreven, las aliento a que lo hagan y nos lleven bien alto a todas.