Así considera Virginia Luz Pérez Antonelli a las declaraciones de todos los testigos, ella incluida, sobre el momento del asesinato de Fernando Báez Sosa, al cual ayudó con maniobras de RCP. Sobre los imputados por el crimen a los que miró de frente uno por uno y los roles que cada uno tuvo la madrugada del 18 de enero, exclamó en conversación con la prensa: «Son todos hijos de puta por igual».
Siguen declarando testigos de la defensa en la cuarta jornada del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell. Virginia Luz Pérez Antonelli le dijo a los periodistas al salir del tribunal: «Somos todos la voz de Fernando». En cuanto a la actuación de cada uno de los imputados esa madrugada frente al boliche Le Brique donde ella también concurrió, confesó su sentir: «Son todos hijos de puta por igual».
Declaraciones de Virginia Luz Pérez Antonelli
Me acuerdo que adentro del boliche empieza a ver una pelea, ahí empezamos a salir todos porque el boliche era un caos no podíamos salir. Comienzo a ver sacar a un chico agarrado del cuello muy fuerte.
Habia mucha gente pegándole a una sola persona. Pude ver cómo le pegaban a un amigo de Fernando, dos personas le pegaban patadad y piñas y lo dejaron sangrando.
Cuando me percaté de la situación, me acerqué y pedían ayuda. Un chico pedía si alguien sabia RCP, yo había hecho un curso con la cruz roja nos acercamos y empezamos con las maniobras de RCP, el chico le había tomado el pulso y no tenía. Yo le gritaba a los policías 1, 2, 3, 4 y 5. Yo le sostenía la cabeza, le hablaba, le pedía que se quede conmigo. Fue un rato muy largo, pudo haber sido cinco minutos pero fue como una hora.
Lo que vi que Fernando tenía un golpe muy fuerte en la cabeza y en la cara. Cuando saque la mano que sostenía la cabeza de Fernando, la tenía con sangre y me saque una foto (que es exhibida) en el Tribunal.
Fue tremendo, yo veía como le pegaban a Fernando, era algo muy general. Se escuchaban muchos gritos y golpes, la saña que tenían era tremenda.
Uno en particular era una bestia. Le preguntamos a los patovicas de Le Brique, si podían hacer algo.
Fuente: El Titular
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