Por la 3 Periodismo en movimiento
En otra jornada intensa del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, una de las declaraciones que más impactó en los padres de la víctima fue la de Alejandro «Chiqui» Muñoz, jefe de seguridad de Le Brique. «La declaración del Jefe de seguridad del boliche fue muy contundente, muy angustiante para nosotros. A un señor que no conocía a Fernando se le escaparon un par de lágrimas. A nosotros se nos movió todo el piso. Fue muy duro», sostuvo Silvino Báez a la salida de los tribunales.
El jefe de seguridad del boliche, Alejandro «Chiqui» Muñoz, quien fue testigo del ataque a Fernando, aseguró que uno de los imputados que utilizaba «rodete» -en referencia presuntamente a Matías Benicelli- fue quien pateó » en la cabeza» a Fernando y que desde ese momento «no se levantó nunca más«, pese a lo cual otros agresores «le siguieron pegando».
«Se turnaban para pegarle», describió el empleado de seguridad.
La declaración del policía Maximiliano Rosso Suárez
Una declaración que también conmovió a Silvino y a su esposa, que a instancias de Hugo Tomei (abogado de los rugbiers), el policía contó cómo le practicó RCP a Fernando.
«Arrodillado, con ambas manos entrelazadas, tracé como una cruz en el pecho, y empecé a hacer compresiones no con los brazos duros, sino más distendidos. Traté de no parar hasta que vino a asistirme una chica, yo ya estaba cansado», dijo Rosso Suárez.
Explicó que regresó al frente del boliche después de atender otra pelea. «Encontré al chico tendido. Le faltaba la remera y las zapatillas, le habían puesto una campera, algo para taparlo», describió el estado de Báez Sosa.
«Veo que no se movía. Procedo a tomarle el pulso: no tenía. Me arrodillo, comienzo a hacerle maniobras de RCP, pido apoyo y una ambulancia», continuó Maximiliano Rosso Suárez, que dijo haber estado acompañado por otros cuatro policías.
Un minuto más tarde llegó un móvil de Bomberos y luego arribó la ambulancia.
