Las experiencias en la Reserva Natural hoy, a 24 años de su creación

El 18 de noviembre de 1996 se dispuso mediante ordenanza municipal, la creación de la Reserva Natural Faro Querandí, las 5.575 hectáreas más naturales y valiosas del partido de Villa Gesell. Actualmente, en la zona de dunas, pastizales y extenso frente costero, se trabaja en la preservación de la biodiversidad. El cuerpo de guardaparques realiza tareas de concientización, difusión y apoyo a la investigación científica.

Pasaron 24 años desde la creación de la Reserva Natural Faro Querandí, fue en el gobierno del ex intendente Luis Baldo y se sancionó mediante una ordenanza municipal.

La zona más agreste y natural de Villa Gesell se encuentra a 5 km de la localidad de Mar Azul y cuenta con 5757 hectáreas de dunas y pastizales junto a la Costa Atlántica. Su función es la de preservar la biodiversidad y el ecosistema de las dunas costeras en su estado natural donde, además, se resguardan más de 100 especies de flora y 200 de fauna nativa.

A su vez, son los últimos 21 kilómetros de médanos en estado natural de la Provincia de Buenos Aires y tiene un ancho variable de 3 km que hace que la amplitud de las playas sea uno de los rasgos más característicos.

Asimismo, los médanos también cumplen con la función como filtro natural de agua potable y reservorio de arena para alimentar las playas de todo el Partido de Villa Gesell.

Son los guardaparques municipales quienes tienen la valiosa tarea de oficiar de guardianes del territorio que es un paraíso y un atractivo turístico indiscutible.

Ellos, además realizar tareas de investigación científica, relacionarse con los turistas y habitantes con el fin de transmitir el cuidado por la naturaleza y difundir aspectos relacionados al ecosistema en algunas oportunidades también con fines educativos, fueron haciendo del puesto de referencia que los alberga, un espacio de bienvenida y exhibición de todo lo que la Reserva contiene.

La restaruración de restos fósiles es una de las labores que realizan y por estos días, junto a profesionales del ámbito científico, están sacando y limpiando los huesos de una ballena jorobada o yubarta, para poder seguir exhibiéndolos en el lugar.